Querido hijo de la gran puta:
Hoy te has levantado como otros días, abrás desayunado (si los nervios te dejaron hacerlo), habrás leído o visto algo y después te has ido al tajo (para tí lo es porque no tienes otra forma de ganarte la vida).
Te has subido a un coche con otro valiente combatiente y cuando tu objetivo, un pobre exconcejal sin guardaespaldas (¡qué valentía!), se ha acercado a tu punto de mira le has descerrajado tres tiros en la nuca.
Todo esto por no ser capaz de sentarte en una mesa a razonar como hacen las personas normales, ya que corres el riesgo de que alguien te diga que estás equivocado.
Después de tantos años, sigues considerando a todo el que no sea como tú como el enemigo y regurgitando bilis ante cualquiera que te lleve la contraria.
Me das asco y pena porque no eres más que un puto mandado, el chico de los recados que hace la faena sucia a los del traje.
Pese a todo, soy consciente que tú y los tuyos no podéis ser exterminados como una plaga y que tarde o temprano tendré que verte el careto sentado en una mesa de negociación, porque las ideas no se matan a cañonazos como tú pretendes.
Eso sí seguiré pensando que eres un hijodelagranputa por muy demócrata que me considere.
viernes, 7 de marzo de 2008
Querido hijo de la gran puta
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2 comentarios:
Simplemente genial, se puede decir mas alto pero no mas claro...
Creo que las putas se merecen más respeto. Por lo demás, totalmente de acuerdo.
www.juzamdjinn.blogspot.com
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