lunes, 11 de agosto de 2008

La playa

A tope está nuestra playa, esa es mi impresión particular. Gente y coches a punta pala, el problema es que no se gastan un duro y eso es verdad. Hay terrazas, restaurantes, habitaciones y apartamentos vacíos.
Tal vez deberíamos realizar una autocrítica entre todos (no más comisiones de análisis por favor) y ver qué es lo que está fallando.
Partiendo de la base que desde un principio esto es y será una playa de segunda residencia (con todos sus inconvenientes y ventajas) no se pueden permitir según que comportamientos en sectores como la hostelería, donde aún hay muchos propietarios que pretenden hacer su agosto (nunca mejor dicho) a costa de los turistas pidiendo precios que no te cobran en algunas capitales europeas.
2€ por una caña es un robo, 4€ por un bocata de pan rancio es otro y así la lista es larga.
Si queremos gente que gaste, lo que hemos de hacer es diversificar la entrada a través de congresos, eventos, cultura, actividades, etc... y tratar bien a la gente.
No podemos permitir el sablazo constante, la mala atención (cuantos camatas hay que hablen más de un idioma?), la falta de seriedad y tantísimos errores más que se cometen todos los años.
Seguiremos igual y no cambiaremos nada, porque nada apetece hacer cuando, mal que nos pese, las cosas no van tan mal como para que alguien cambia algo.

1 comentario:

Suso Martinez dijo...

Sin querer escapar u ocultar la parte de culpa que tenemos los socialistas (a veces también de mérito) en la situación de la playa, creo que has dado en el clavo de uno de los problemas básicos de la mayor parte de la hostelería.

Quienes se han especializado mínimamente, es decir, han ofrecido un producto diferenciado del servir rápido, amontonado y en ocasiones afirmaría que de cualquier forma, notan mucho menos ese descenso de gasto de los turistas.

No nos puede extrañar que la gente coma pipas cuando los precios en la mayoría de los locales son superiores incluso a los de la Expo, por poner un ejemplo.