Bebedero de patos

Pasada toda esta vorágine de fiestas comilonas, abrazos y besitos vuelvo a tener bastante bilis en las venas como para ponerme a escribir estas líneas. No era plan ponerse a repartir leches en plenas fiestas.
El último pleno del año estuvos repleto de perlas, sandeces u obviedades, como no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta a los que nos gobiernan y los que nos opositan.
Que si tú meces la cuna, que si fulano se engomina el pelo y parece no se qué..., todas cosas super importantes que a todos nos interesan y nos van a ayudar a vivir mejor.
La mejor de todas viene cuando me entero que a dos concejalas del Pepé van y les vuelven a poner un sueldo de puta madre porque no pueden vivir en las actuales circunstancias que soportan sus respectivas familias.
Para variar pensé que había leído mal pero resulta que no, que a nuestro distinguido alcalde le llora uno y le saca la pana. Que, a dos de esas que si pudieran le sacarían los ojos en un despiste ayudadas por su líder, se les dá un pasta que ya quisieran muchos para que puedan seguir trabajando para el enemigo.
Soy de ver muchas pelis de guerra y de estudiar historia y si algo he aprendido es que, si uno perdona la vida al rival, tarde o temprano te dará por saco.
La otra persectiva es que todo esto es un bebedero de patos y que hoy por tí y mañana por mí, no sea que pierda las próximas elecciones y me quede sin manduca.
El problema radica en que, servidor está convencido de que, si la situación fuera otra, a los de la floreta les iba a dar el viento fresco y aquí paz y después gloria.
Feliz año.