miércoles, 12 de noviembre de 2008

El enano cabrón

Ejecutando esa estúpida manía humana consistente en separarse de la persona con la que uno está y ponerse a caminar sin rumbo porque le están llamando al móvil, me encontré con un enano de 7 u 8 años que estaba mangando los tapones metálicos de las ruedas de un coche. Me planto a su lado sin decirle nada y espero.
- Enano: ¿Qué pasa?
- Yo: Pírate que eso no es tuyo
- Enano: Vete a la mierda
- Yo: ¿Llamo al dueño?
El enano me miró, se levantó, murmuró algo sobre mi madre y se largó arrastrando su mochila y la chaqueta del cole privado que tanto le cuesta pagar a papá y a mamá. Seguí a lo mío y cuando me vuelvo a girar, estaba el mismo enano cabrón levantándose los tapones de otro coche a mitad de calle.
Confieso que su perseverancia me dejó parado y al quedarme mirándolo me mandó otra vez a la mierda y desapareció girando la esquina.
Me quedé pensando si tal vez no sería mejor que aquel enano cabrón no fuera a un cole privado y llevara las últimas zapatillas de Jordan a cambio de que papá y mamá trabajaran menos y pasaran las tardes con el pequeño aspirante a gudari.
En algún momento perdimos el norte y nos olvidamos de lo que realmente es importante, una pena.

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